viernes, 28 de enero de 2011

El juanpalomismo del partido único


Se dice despacio. En el Ayuntamiento de Salamanca se da un debate similar al existente en regímenes como los de Corea del Norte. Ya es triste haber desembocado en esto.
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Durante muchos años de oposición municipal, el PSOE ha criticado lo poco transparentes que eran los presupuestos llevados a cabo por el equipo de Gobierno del PP. Pues bien, este año, los únicos partidos representados en el Consistorio han dado un paso más en su particular juanpalomismo. Ellos guisan, ellos comen... La ciudadanía no es que sea la más invitada a la degustación.
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Los portavoces de los dos Grupos Municipales llegaron a un pacto (pacto pactante, pacto pactoso), y se acabó: ni chus ni mus ni bicicleta. El Presupuesto de 2011 -sin necesidad de pasar siquiera por el Pleno- está ya publicado en el Boletín Oficial de la Provincia. Para qué debatir o enmendar algo. Para qué andarse con esas bagatelas y nimiedades opositoras, debieron pensar los unos y los otros. Lo mismito son... y en el camino acostumbran a encontrarse.
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PP-PSOE, PSOE-PP están "siempre a la vanguardia", comentaba hace unos días en este mismo blog. Habría multitud de ejemplos para ilustrar esas interesadas alianzas que suelen protagonizar los dos megaholdings de la política española. Tanto a nivel nacional, como en el ámbito autonómico y municipal, ambos partidazos encarnan su despótico hoy por ti, mañana por mí. Se han negado a todo aquello que pudiera alterar sus privilegios partidistas; y además de ser partícipes de la ruina política y económica que nos asola, se muestran cómplices a la hora de ocultar la responsabilidad de sus irresponsabilidades.
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El coste de ese ombliguismo de los mayoritarios lo paga la ciudadanía; y se percibe en el deterioro democrático que venimos padeciendo. Creíamos que el oligopolio bipartidista venía causando destrozos. Pero como todo es susceptible de empeorar, estamos aproximándonos a un modelo de partido único.
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Habrá gente que considere que UPyD no es necesario en este patio que nos envuelve. Habrá gente que entienda que las instituciones no tienen por qué oxigenarse. Habrá gente que vea normal y razonable el descrédito que sufre a día de hoy la política, etc, etc. Para toda aquella ciudadanía que pudiera tener otro parecer al respecto, el 22 de mayo... sube la marea.