domingo, 27 de octubre de 2013

Sheila Blanco: sabios quizás... y una incuestionable certeza


Cuenta la leyenda que el rey de algún lejano país pidió al más sabio del lugar que sintetizase su saber en un libro. Luego en un capítulo. Luego en una frase. Finalmente, su solicitud la orientó hacia una única palabra. Su interlocutor tuvo que atender a la demanda: la palabra elegida fue "quizá".

El arte es una puerta al quizá. Se ocupa de lo que son las cosas… pero también de lo que pueden llegar a ser. Mostrarnos ese salto (esa posibilidad, ese `puedeser´) es un inconmensurable servicio que el arte acierta a regalarnos.

Por todo ello (y por mucho más) resulta tan reconfortante toparse con el arte musical de Sheila Blanco. En su disco Sheila down hay varios temas que nos sitúan ante el quizá. Y visualizar el quizá es instar a la batalla: a la legítima y pacífica batalla de no rendirse, de no capitular, de no tirar la toalla.

El quizá es, sin duda, una invitación a intentarlo: “Di que lo vas a intentar”, plantea Sheila Blanco en el tema Di que no; “Don´t let it bring you down”, nos recuerda en su versión de Neil Young; “Qué triste es empezar a rendirse”, formula en Arte; “tengo que seguir buscando”, “corre, no vayas a perder tu tren”, nos brinda en su canción Caminando.

Todos esos quizá (valiosos, higiénicos, necesarios) se complementan con una incuestionable certeza: siempre es UN PRIVILEGIO (con todas las mayúsculas) escuchar a Sheila Blanco. Escuchar su voz, escuchar sus composiciones, escuchar su piano. 

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Coda: Ya que arrancábamos con una leyenda, merecerá la pena recordar a aquella espectadora que se acercó al pianista tras el concierto: “Me ha encantado. Daría media vida por tocar así”. “Señora (respondió el concertista), eso es precisamente lo que he hecho yo”.

No podría ser de otro modo. El trabajo bien hecho (en todo ejercicio profesional, en toda disciplina artística) conlleva esa entusiasta dedicación. Esa entrega cargada de pasión, coraje y persistencia. Nada de eso garantizará la brillantez de lo realizado, pero sin eso… será imposible brillantez alguna.

Sheila Blanco ofreció el jueves un concierto en Salamanca. Quienes allí estuvimos podríamos haberle repetido algo parecido a lo de aquella señora del recital; y ella podría habernos contestado lo que su colega pianista.
 
De hecho, en el disco Palabras pautadas (aquel CD que aglutinó a cantautores salmantinos allá por 2004), escribió Sheila Blanco: “Llevo mucho tiempo intentando descifrar qué se esconde dentro de un piano”. Ahí está. De nuevo el intento y su batalla, la búsqueda y su constancia, la entrega y su entusiasmo, el arte y su profesionalidad. 
 
De nuevo el quizá… abriendo la ventana al `esposible´